En el Día Mundial contra la droga, la UNODC presenta su anuncio sobre la juventud y la salud. El video sigue a cuatro jóvenes mientras su salud se deteriora a causa del uso continuado de drogas. El video urge a la juventud a proteger su salud de las drogas.
Los niños, adolescentes, adultos y hasta adultos mayores están en riesgo de caer en la tentación de probar cualquier tipo de droga y quedar preso en sus redes.
Actualmente en nuestra sociedad, los jóvenes son parte de una subcultura. Esto en cierto modo, puede ser un factor que influye en el consumo de sustancias tóxicas (ilegales).
Generalmente, los jóvenes no se sienten protagonistas en nuestra sociedad, es decir, sin un rol definido a desempeñar de acuerdo a su status. Esto les crea una desadaptación que les impide hacer frente a las tensiones medioambientales (tecnología, modernidad, etc) y por ende los convierte en individuos más vulnerables. Es por esto que encuentran en la droga relaciones placenteras y además, una forma de suplir ciertas carencias (afectivas, materiales, etc).
Los jóvenes que son drogadictos adoptan características propias, actitudes y valores que van creando una consistencia que los lleva a tener una personalidad distinta del resto de los jóvenes, pasando a ser una subcultura dentro de la subcultura de los jóvenes.
Creo que es de vital importancia, realizar diagnósticos situacionales que den cuenta de cada una de las realidades existentes, con estas evaluaciones, tendremos una visión específica que requiere de un diseño que se ajuste a la realidad y capacidad que se necesita.
Seligman propuso tres misiones, las cuales si los jóvenes mostraran interés y desempeño cumplirían y velarían por satisfacer sus necesidades de una menera sana, y quizá el consumo de drogas sería menor al que hay en este momento:
- Curar la enfermedad mental: esta se podría referir a eliminar ese deseo o adicción que incita al consumo de drogas.
- Hacer la vida más plena: vivir la vida en base a la felicidad, a los que nos llena como seres humanos.
- Identificar y alimentar el talento: conocernos plenamente, saber que nos gusta y que no, con el fin de aprovechar el tiempo en base a las habilidades que poseamos.